Video tutorial: aspirina para eliminar los callos y los hongos de los pies

Enjuague los pies y séquelos bien.

Para limpiar tus pies todos los días, todo lo que tienes que hacer es tomarte un minuto en la ducha. A veces nos olvidamos de lavarnos bien los pies con jabón, por eso es recomendable ponerse una esponja jabonosa en los pies mientras nos bañamos, prestando atención a la limpieza entre los dedos. También debes lavar las suelas, los talones y las zonas de los tobillos.

No olvides secarte los pies al salir del baño, especialmente entre los dedos, para evitar la formación de hongos. Si has estado usando zapatos o botas todo el día y tus pies sudan y huelen mal, no dudes en lavarlos nuevamente.

Después de frotar o exfoliar y cortar las uñas, enjuague los pies con agua y séquelos. Asegúrese de secarse también entre los dedos de los pies, ya que la humedad entre los dedos de los pies puede provocar el crecimiento bacteriano, el olor y la infección.

Aplique un aceite suave o una loción en el área callosa.

Pedi Scrub: Las suaves partículas del exfoliante suavizan y reducen la apariencia de los callos ásperos mientras exfolian de forma segura la piel áspera y seca. Un gel exfoliante profundo con aloe vera y algas marinas para acondicionar, limpiar y suavizar la piel áspera de manera segura. Este gel simple funciona muy bien como jabón exfoliante.

Aplique loción o aceite en sus pies o piedra pómez para ayudar a que se deslice más fácilmente sobre la piel. Frote todo el pie con un movimiento circular. La piedra pómez es áspera y puede irritar la piel sensible. Si es así, no presione con fuerza sobre la piel.

Otra forma muy eficaz de utilizar esta planta es preparar aceite de caléndula casero, aplicarlo directamente sobre la callosidad, cubrir con una gasa y dejar reposar. Gracias a las propiedades antisépticas y cicatrizantes de la caléndula, esta planta es capaz de regenerar la piel dañada, restaurarla y eliminar las callosidades producidas como defensa.

Aplique un papel de lija grueso en el área callosa.

Alternativamente, triture dos dientes de ajo y agregue un poco de vinagre. Luego aplique esta mezcla en el área de los callos. Coloque una bola de algodón encima y asegúrela con cinta adhesiva. Déjalo reposar durante dos o tres horas, luego quita la cinta y limpia el área. Repita este proceso diariamente durante varias semanas.

En este caso, lo único que tienes que hacer es remojar un algodón en vinagre blanco y aplicarlo en la zona afectada. Luego, ponle un vendaje y déjalo actuar durante tres horas. Por último, sacar durante media hora y volver a repetir el proceso.

Muele 6 aspirinas hasta convertirlas en polvo, agrega jugo de limón y revuelve hasta hacer una pasta, coloca sobre el callo, envuélvelo con una envoltura de plástico, empapa una toalla en agua caliente, envuélvela bien, espera 15 minutos, retira la pasta y lija el callo, repitiendo el proceso tantas veces como sea necesario.

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