Los colores monocromáticos como el gris y el blanco son versátiles y nunca pasan de moda. Estos colores tienen un gran potencial, combinan perfectamente entre sí y son amigables con cualquier otro color. ¿Pero siempre será bueno un interior gris y blanco? Veamos los pros y los contras de esta solución.
Ventajas de un interior en tonos grises y blancos.
Versatilidad y neutralidad. La paleta gris y blanca es adecuada para decorar cualquier habitación y quedará bien tanto en estilo minimalista como clásico. Se puede tomar como base y utilizar como fondo, tanto en la decoración de pisos, paredes y techos, como para elementos interiores individuales: muebles, textiles y decoración .
Amplia paleta de tonos. ¡Imagínese, hay más de 50 tonos de gris en la paleta de colores! El blanco también puede tener matices cálidos o fríos. Gracias a esta diversidad, se pueden obtener muchas combinaciones de colores, y los interiores grises y blancos crearán una impresión completamente diferente.
Es fácil agregar un acento brillante. El gris y el blanco combinan bien con cualquier otro tono, incluso con los más complejos y brillantes. Es difícil equivocarse aquí, así que no tienes que preocuparte de que el sofá verde no encaje en la sala de estar gris y blanca.
Afecta positivamente la percepción. El gris y el blanco son tonos neutros que infunden una sensación de calma al espacio. Por eso se utilizan a menudo en el minimalismo y el estilo escandinavo, que se basan en el laconismo y la sencillez. Un interior así no está sobrecargado visualmente, no irrita, al contrario, en él apetece descansar del ajetreo y disfrutar del silencio. Solo aquí es importante usar tonos oscuros de gris en dosis para que el interior no resulte demasiado lúgubre y las paredes no opriman.
Expande visualmente el espacio. El blanco y el gris claro amplían e iluminan visualmente el espacio. Todo gracias a la capacidad de las superficies luminosas de reflejar bien los rayos del sol, dispersándolos y multiplicándolos.
Desventajas de un interior en tonos grises y blancos.
Parece aburrido y plano. Sin un estilo cuidadosamente pensado, un interior gris y blanco puede parecer demasiado simple. Una combinación de diferentes texturas ayudará a evitarlo. Por ejemplo, para combinar con las fachadas de muebles mate, puedes elegir muebles tapizados en bouclé y complementarlos con una manta de punto . Este juego de texturas hace que el interior sea más voluminoso e interesante.
Trae melancolía y asociaciones desagradables. Algunas personas asocian los interiores grises y blancos con clínicas u oficinas. Un ambiente así evoca frío y tristeza, lo que no contribuirá en absoluto a la atmósfera de confort hogareño. Para evitar tales distorsiones, elija gris y blanco con matices cálidos y diluya con acentos en tonos cálidos: marrón, naranja, amarillo. La forma más sencilla de añadir color es con textiles y decoración.
No siempre es práctico. Una gran cantidad de blanco o gris claro agregará luz y aire al interior, pero puede que esta no sea la opción de limpieza más práctica. Esto es especialmente cierto para suelos demasiado claros, paredes blancas en zonas de paso y en la habitación de los niños.